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El veto en manos del agresor debilita a la ONU, y eso tiene que cambiar

El 24 de octubre de 2023 las Naciones Unidas cumplieron 78 años. La razón principal de la creación de la ONU tuvo su origen en el mundo de posguerra, que quería garantías de paz y seguridad. Y ese se ha convertido en uno de los principios más importantes de la organización.

Sin embargo, lleva años siendo despreciada por Rusia. Un puesto entre los representantes permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU fue ocupado por un país que había desencadenado numerosas guerras y conflictos armados sólo en los últimos 30 años, el más sangriento de los cuales se desarrolla actualmente contra Ucrania. Con su veto Rusia rechaza importantes resoluciones de la ONU, utiliza la organización como una plataforma para difundir propaganda y ocupar ilegalmente su lugar entre los Estados miembros pacíficos, violando la Carta de la ONU y minando la seguridad mundial.

El Consejo de Seguridad se reúne para tratar la situación en Ucrania. 27 de febrero de 2022.
Foto: Foto ONU / Loey Felipe

La guerra contra Ucrania plantea cada vez más la cuestión de la reforma de la ONU y, por lo tanto, Ucrania ofrece una vía de cambio que ayudará a restaurar la eficacia de la ONU en la lucha por su valor fundamental: la paz para todas las naciones.

El asiento que no corresponde

Tras la devastadora Segunda Guerra Mundial el mundo necesitaba paz y un nuevo orden. En 1945 los representantes de 50 países se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Organización Internacional y, a lo largo de dos meses, redactaron y firmaron la Carta de las Naciones Unidas. Se creó una nueva organización internacional, las Naciones Unidas, con el objetivo de evitar otra gran guerra.

La primera Carta de la ONU establece: «Mantener la paz y la seguridad internacionales y, a tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir los actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz, y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz».

Sin embargo, este principio fundamental es violado constantemente por uno de los miembros de la organización internacional y su principal órgano de seguridad, Rusia.

La presencia de Rusia en la ONU no sólo es moralmente controvertida, sino también ilegítima, afirma el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania. Según el sitio web de la ONU, Rusia se convirtió en un miembro de la ONU basándose en una carta del primer presidente de la Federación Rusa, Boris Yeltsin, a fecha del 24 de diciembre de 1991. En ella sostenía que la decisión de sustituir a la URSS por la Federación Rusa en la ONU contaba con el apoyo de los 11 países miembros de la Comunidad de Estados Independientes.

Sin embargo, en el momento de redactar la carta, la URSS aún existía, y la Federación Rusa no. La República Socialista Federativa Soviética de Rusia fue rebautizada como Federación Rusa por el Parlamento el 25 de diciembre, pero el Tribunal Constitucional ruso declaró inconstitucional la decisión parlamentaria. La Federación Rusa no se constituyó oficialmente hasta que se introdujeron las enmiendas constitucionales oportunas en mayo de 1992.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania señala que la Carta de la ONU no menciona a la Federación Rusa. Además, no se menciona en el artículo 23, que enumera los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (menciona a la URSS, que dejó de existir en 1991).

Los diplomáticos ucranianos sostienen que Rusia impuso su ingreso en la ONU mediante una decisión unilateral y que se privó a los Estados miembros de la ONU del derecho a expresar su postura sobre este ingreso mediante votación en la Asamblea General, tal y como establece la Carta.

Al ocupar ilegalmente el puesto de miembro permanente de la ONU, Rusia está esforzándose considerablemente por dejar indefensa a la organización. Uno de los principales mecanismos de influencia del agresor en la plataforma internacional es el derecho de veto, utilizado activamente por Rusia en su favor.

Gran poder sin gran responsabilidad

El derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU permite a un Estado rechazar el borrador de cualquier resolución sustantiva del Consejo de Seguridad de la ONU, independientemente del nivel de apoyo del borrador. Este derecho sólo lo tienen los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la URSS, cuyo puesto fue ocupado ilegalmente por Rusia.

Desde 1991 la Federación Rusa recurrió al veto 33 veces en el Consejo de Seguridad de la ONU, casi el doble que cualquier otro miembro permanente. La mayoría de los casos se produjeron después de 2014: en los últimos diez años, el 86% de todas las resoluciones rechazadas (24 de 28) fueron bloqueadas por Rusia sola o por Rusia y China.

Los ejemplos más vívidos de este abuso del veto fueron:

  1. El 9 de agosto de 2008. El Consejo de Seguridad de la ONU no adoptó una resolución sobre Osetia del Sur. Rusia invadió Georgia y se negó a apoyar la exigencia de una tregua utilizando el veto.
  2. El 15 de marzo de 2014. El Consejo de Seguridad de la ONU no adopta una resolución sobre Crimea, ocupada por Rusia. La Federación Rusa hizo uso de su derecho de veto.
  3. El 10 de abril de 2018. El Consejo de Seguridad de la ONU no llegó a considerar una resolución para investigar un posible ataque químico en Siria. Rusia, partidaria del gobierno sirio de Bashar al Assad, utilizó su derecho de veto.
  4. El 25 de febrero de 2022. Rusia veta una resolución del Consejo de Seguridad que condena sus acciones en Ucrania y exige a Moscú el cese inmediato del uso de la fuerza y la retirada de sus tropas del territorio ucraniano.

Además, Rusia bloqueó las resoluciones sobre el establecimiento de un tribunal para investigar el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines; el reconocimiento de las masacres de Srebrenica como genocidio y requisito previo para la reconciliación nacional en Bosnia y Herzegovina; la ampliación del mandato de la misión de observadores de la ONU en Georgia en un momento crítico para el país; y 16 resoluciones sobre Siria.

Una desafortunada plataforma para la propaganda rusa

Mientras las fuerzas rusas siguen bombardeando las ciudades pacíficas de Ucrania, Rusia sigue teniendo un escaño en la Asamblea General de la ONU y en el Consejo de Seguridad. Aún más, se sigue permitiendo que el país asuma la presidencia del máximo órgano de seguridad de la ONU en abril de 2023. Y los representantes rusos no tienen reparos en utilizar este escenario para difundir su propaganda.

Vassily Nebenzia, representante permanente de la Federación de Rusia ante las Naciones Unidas, se dirige al Consejo de Seguridad. 3 de noviembre de 2022.
Foto: Foto ONU / Evan Schneider

Uno de los ejemplos más absurdos fue el discurso de Maria Lvova-Belova, comisaria presidencial rusa para los derechos de la infancia, pronunciado el 5 de abril. Está acusada de deportar ilegalmente a los niños de Ucrania a la Federación Rusa desde el 24 de febrero de 2022, e incluso tiene una orden de arresto emitida contra ella por la Corte Penal Internacional de La Haya en marzo de 2023. Los rusos han deportado a casi 20 mil niños ucranianos de los territorios ocupados.

Durante su discurso Lvova-Belova calificó la deportación ilegal de los niños ucranianos a Rusia como una «acción humanitaria para proteger a los huérfanos y a los niños abandonados en la zona de guerra». Al mismo tiempo, el Representante Permanente ruso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Vasily Nebenzya, afirmó cínicamente que los ocupantes rusos querían «proteger a los niños del peligro».

Los embajadores de Estados Unidos, Reino Unido, Albania y Malta abandonaron de manera demostrativa la sala de reuniones durante el discurso de Lvova-Belova el 5 de abril, y más de 50 países condenaron esta «actuación».

Otro ejemplo de propaganda rusa en la plataforma de la ONU fue el discurso del economista pro-Kremlin Mikhail Khazin, que durante su intervención en línea negó cualquier consecuencia significativa de la retirada del grano ucraniano del mercado internacional, alegando que las sanciones que impiden las exportaciones de trigo ruso eran una amenaza más importante.

Sin olvidar las declaraciones del Representante Permanente de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenziа. Uno de los ejemplos más recientes fue el bombardeo del pueblo de Hroza, en la región de Kharkiv, donde murieron más de 50 civiles debido al ataque ruso. Nebenzia se dirigió a la ONU afirmando que, en el momento del bombardeo, se estaba celebrando el entierro de un presunto «nacionalista de alto rango» en Hroza, donde también había muchos «nazis».

En el momento del ataque ruso a Hroza, se celebró de hecho un servicio conmemorativo debido al nuevo entierro de un soldado ucraniano caído. La ceremonia fue organizada por su familia, su hijo y su esposa. Ambos se encontraban en el lugar de los hechos y ambos fueron asesinados por Rusia.

Cementerio de Hroza, en la región de Kharkiv.
Foto: @alexxbabenko / AP Photos

Reformas para la eficacia y la paz

Durante su discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU el 20 de septiembre de 2023, el Presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy trazó tres direcciones para reformar la organización que podrían sacar del estancamiento que ya no debe ignorarse.

En primer lugar, la Asamblea General de la ONU debería tener derecho a anular los vetos. Siempre que dos tercios de los votos reflejen la voluntad de las naciones de Asia, África, Europa, las dos Américas y el Pacífico, una mayoría cualificada global, el veto debería anularse de forma efectiva, y tal resolución de la Asamblea General debería ser vinculante para todos los Estados miembros.

El segundo paso es ampliar la representación de las naciones en el Consejo de Seguridad. La Unión Africana, América Latina y los Estados del Pacífico deberían estar representados en el mismo de forma permanente. Asia merece una representación permanente más amplia.

Tercer paso: es necesario un sistema de prevención de agresiones mediante una rápida respuesta a las acciones contra la integridad territorial y la soberanía de los Estados. Esto incluye la imposición de sanciones severas contra el agresor. 

«Cualquiera que quiera empezar una guerra debería ver antes de su error fatal qué es lo que perderá exactamente cuando empiece una guerra», declaró Zelenskyy. La cuestión de las sanciones preventivas debería someterse automáticamente al Consejo de Seguridad de la ONU siempre que cualquier miembro de la Asamblea General declare una amenaza de agresión.

Discurso del Presidente de Ucrania en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. 20 de septiembre de 2023.
Fotografía: Oficina del Presidente de Ucrania

Cada uno de estos pasos se enfoca hacia el fortalecimiento de la ONU como una organización internacional a la que se ha confiado la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad para toda la comunidad mundial. 

El mundo que nos rodea está cambiando rápidamente, lo que exige una respuesta igualmente rápida. La Carta de la ONU no puede funcionar en todo su potencial mientras un país agresor ocupe un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de forma ilegítima y violando todos los principios de la organización y la mayoría de los Estados miembros no sean capaces de hacerle frente de forma eficaz.